El
discurso pronunciado hoy por la señora Presidente de la Nación en la apertura
de las sesiones legislativas ordinarias, en lo atinente al proyecto de reforma
en el modo de selección de los miembros del Consejo de la Magistratura, es el
preanuncio de un brutal y claro atentado a la Constitución Nacional, sus
preceptos explícitos e implícitos.
La
pretensión de que todos los miembros de dicho Consejo sean seleccionados por el
voto directo de los ciudadanos, politiza un órgano que debiese estar abstraído
de las politiquerías y las rencillas cotidianas de las cuestiones electivas.
Eso
pretende la Constitución en la conformación que describe su artículo 114 cuando
expresa la necesidad de equilibrios entre los consejeros que representan a los “órganos
resultantes de la elección popular”, los que representan a los magistrados y a
los “abogados de la matrícula”.
Claramente
la Ley Fundamental quiere que se integre por miembros de los ORGANOS que
resultan de la elección popular, y no por una elección popular directa. Es
evidente también que los representantes de los magistrados sólo pueden ser electos
por los propios magistrados, y en la misma línea los consejeros abogados.
Cualquier
cambio en dichas condiciones, es clara y obviamente inconstitucional, teñido de
una intencionalidad política que desprecia abiertamente las instituciones de la
República, poniéndolas al servicio de sus intereses políticos personales.
Aquellos
encargados de la designación y remoción de jueces, no pueden jamás estar
supeditados a las presiones y compromisos políticos que implican presentarse a
una elección, obtener los respaldos financieros para la campaña, etc.
En
el mismo sentido, el artículo 38 de la Constitución establece la exclusiva
competencia de los partidos políticos para postular candidatos a cargos
públicos electivos, con lo cual, los candidatos a consejeros, en la hipótesis
disparatada propuesta por la presidente, deberían ir a elecciones en las
boletas del Frente para la Victoria, el PRO, el radicalismo, etc. Tal
condición, destroza la imparcialidad imprescindible en sus funciones
posteriores.
Por
ende, rechazamos la absurda idea presidencial planteada y nos comprometemos con
los ciudadanos de bien a tomar todas las acciones y pasos necesarios, para
evitar una aberración que ponga en crisis terminal y definitiva, nuestro
sistema de gobierno.
Daniel Lipovetzky
– Horacio Minotti - Pedro Brichta – Demian Abbott – Juan Nejamkis – Omar Yasin
Mesa Coordinadora
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